Estampas costeñas
José Salazar Cárdenas
LINO REYES. MÁRTIR ; DEL AGRARISMO. IMPULSOR DE LA EDUCACIÓN EN TECOLAPA.
Lino Reyes nació en Tecolapa el día 23 de septiembre de 1901. Sus padres fueron Arcadio Reyes Meza y Ana María Sierra Gómez, de origen campesino. Transcurrió su infancia viviendo de manera humilde, pero feliz al lado de sus padres, adquiriendo las enseñanzas que su padre le daba en su ocupación habitual en las labores del campo. Rentaban tierras a los propietarios de la Hacienda de Tecolapa para las siembras de temporal y en las secas eran medieros en la Hacienda de Caleras, en donde cultivaban tierras de regadío. Debido a que en ese tiempo en el rancho solamente se podían cursar los primeros años de la educación elemental, Lino hizo estudios hasta el tercer grado de la escuela primaria. Al llegar a la edad de la adolescencia, siguió la misma actividad en las labores como labrador. Fue un joven sano, vigoroso, trabajador y alegre, sin ningún vicio. Casó con Emilia Vega y procrearon cinco hijos: Rafael, Camilo, Elías, Ma. Guadalupe y María Elena. Cuando sus hijos eran pequeños no existía escuela en Tecolapa. Había una maestra llamada Leonor que daba clases a los niños en un corredor de la finca de la hacienda vieja que estaba donde ahora es el jardín de la población. Es una bardita de poca altura que había en la orilla del corredor, los niños se sentaban y hacían sus labores sobre las piernas. Viendo las dificultades que pasaban la maestra para enseñar y los niños en su aprendizaje, Lino puso mucho interés en mejorar esas condiciones. Desde ese tiempo demostró tener espíritu de liderazgo. Organizó a los padres de familia y se propusieron construir una casa humilde, de pajarete, que sirviera de escuela, en el solar en donde tenía su modesta vivienda la maestra. Siempre estuvo muy cerca en todo lo que se refería a las necesidades escolares, participando y colaborando en el funcionamiento de la escuela, con la maestra Leonor. Al mismo tiempo, con mucha atención auxiliaba a sus pequeños hijos en las tareas escolares que les encomendaban. Después también ayudó a que se hiciera una segunda escuelita. Estos sencillos planteles no llevaron nombre.
Dentro de las actividades campesinas que desarrollaba Lino, tuvo otra faceta que lo distinguiría dentro de su comunidad. Había surgido con fuerza el reparto de tierras al que tanto impulsó el Gral. Lázaro Cárdenas cuando fue presidente de la República, con el que se trató de beneficiar a los campesinos que sí trabajaban las tierras que los hacendados mantenían ociosas. El movimiento del agrarismo se propagó en toda la República y llegó la inquietud a Tecolapa. Los trabajadores de la hacienda y los medieros hicieron solicitud de dotación de tierras al Departamento Agrario para la formación de un ejido. Las gestiones ante las autoridades las encabezó Lino Reyes, pues era el único de ese grupo de campesinos solicitantes que sabía leer y escribir. Tuvieron éxito en su solicitud y mediante la resolución presidencial de fecha 14 de septiembre de 1938 se dio posesión al Ejido Tecolapa de 1020 hectáreas de terreno perteneciente ala Hacienda de Tecolapa, de las cuales era 408 hectáreas de tierras de temporal y 612 hectáreas de tierras de agostadero, que beneficiaron a 51 campesinos. Pero los hombres de Tecolapa estaban acostumbrados a sembrar en las secas, tierras de regadío dé la Hacienda de Caleras y entonces hicieron solicitud ante el Departamento Agrario de una ampliación de ejido para que se les dotara también con tierras de riego. Después de algún tiempo de haberlo solicitado, se emitió una resolución presidencial de fecha 14 de enero de 1942 mediante la cual se dotaba al Ejido de Tecolapa con 80 hectáreas de tierras que tenían concesión de agua en el predio La Organera perteneciente a la Hacienda de Caleras, situado en el lado sur de la carretera Puerta de Caleras - Madrid, lindando con lo que hoy es la carretera cuatro carriles Colima - Manzanillo en el entronque del camino vecinal citado. En realidad nunca tuvieron la posesión de esa tierras porque sobrevinieron lamentables hechos de sangre que cambiarían el destino del Ejido Tecolapa, que narraremos en la segunda parte de esta semblanza.
La historia del establecimiento de los ejidos en el territorio nacional nos muestra como su consecución fue mediante una lucha de sudor, lágrimas y sangre de los campesinos deseosos de tener un pedazo de tierra propio. El caso del Ejido Tecolapa no fue una excepción. De manera natural los propietarios de las tierras afectadas nunca estuvieron de acuerdo en ser desposeídos de sus propiedades, lo que provocó en muchos casos, el sacrificio de la vida de los que encabezaban los movimientos de emancipación de los oprimidos, a manos de sicarios. Cuatro meses después de la resolución presidencial de fecha 14 de enero de 1942, sin que todavía se diera posesión al Ejido Tecolapa de las tierras de regadío que les habían sido otorgadas mediante ese Mandato y que fueron afectadas a la Hacienda de Caleras, sucedió el doloroso hecho que describiremos a ustedes:
Transcurría el caluroso día 30 de mayo de 1942, como a la 9 de la noche y Lino Reyes se encontraba sentado en una silla: en la acera de su casa, en Tecolapa, tomando el viento. Existía en un lugar cercano un billar en donde había un equipo de sonido en el que se tocaba música para atraer al público, en donde también se, vendían refrescos. Rafael, su hijo mayor, un joven de 16 a 17 años de edad se encontraba en ese lugar. En ese momento, Lino escuchó el trueno de varios disparos de arma de fuego y momentos después llegaron corriendo adonde estaba Lino, unas personas corriendo y gritando: "¡ Mataron a Rafael, mataron a Rafael!" Lino se levantó, aventó la camisa que tenía entre las piernas y corrió hacia el lugar de donde provenían los disparos. Al llegar al billar en donde le habían informado que se encontraba Rafael, fue recibido a balazos por los malhechores, sin ningún motivo aparente y que enseguida se dieron a la fuga Lino quedó gravemente herido y fue trasladado a Tecomán, donde falleció horas después. Los criminales fueran plenamente identificados. Eran dos individuos primos entre si que se habían avecindado en Tecolapa aproximadamente dos años antes, de los que se conocía en la ranchería que eran desordenados y conflictivos, que siempre andaban armados y qué según se llegó a saber, eran gatilleros de paga. Después de la muerte de Lino, a los ejidatarios les cambiaron las tierras de regadío con las que se les había dotado, por otras situadas al lado oriente de la carretera Colima ManzaniIlo, frente al predio que originalmente les habían concedido y que pertenecía a la Hacienda de Caleras. El nuevo predio que se les dio no tenía agua, pero lograron conseguir el uso de los excedentes de agua de una zanja que irrigaba las tierras que originalmente les habían dado, para irrigar en forma precaria las tierras de la ampliación. Transcurrió el tiempo y durante el sexenio del gobernador Rodolfo Chávez Carrillo, se construyó en Tecolapa una escuela formal y al quedar establecida, estando al frente de ella el Profr. José Verduzco, éste supo de los antecedentes. del impulso que había dado Lino Reyes para la construcción de las otras dos anteriores escuelitas, hizo gestiones ante las autoridades de la Secretaría de Educación para que esta nueva escuela llevara el nombre de Lino Reyes Sierra, que le fue impuesto y que aún conserva en la actualidad.
El tiempo es inexorable. Los fundadores del Ejido Tecolapa fueron desaparecidos y todos los viejos que recordaban a Lino también, ya que ahora los poseedores de las parcelas son familiares de los primitivos fundadores de la agrupación y Lino casi estaba olvidado, pero la actual directora de la escuela primaria que lleva el nombre del esclarecido campesino, tuvo conocimiento de la trayectoria en pro de la educación de esa comunidad, del personaje que nos ocupa y convocó a los familiares de Lino y a la población en general, para proponer se mandara esculpir un busto de ese benefactor de la comunidad, para ser instalado en la escuela primaria que lleva su nombre en Tecolapa. Se aceptó la propuesta, se hizo el busto y en una ceremonia especial que tuvo lugar el sábado 15 de junio del presente año, fue develado el monumento dedicado a tan distinguido líder social, por el Sr. Gobernador del estado Fernando Moreno Peña, a quien acompañaron el presidente Municipal de Tecomán Oscar Armando Avalos Verdugo, el diputado federal Roberto Preciado Cuevas, Carlos Cruz Mendoza en representación del secretario de Educación Carlos Flores Dueñas, el regidor Salvador García Silva, José Salazar Aviña en representación del diputado local Roberto Alcaráz Andrade, los comisarios municipal y ejidal de Tecolapa, la Profra. Socorro Palacios Jiménez, directora del plantel, maestros de la misma escuela, familiares del homenajeado y público en general.
Artículo publicado por el Dr. José Salazar Cárdenas, Cronista de Tecomán, en el periódico Ecos de la Costa el sábado 15 de Junio de 2002, en la primera sección, página 8.
viernes, 26 de septiembre de 2008
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